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21 Abr Todo sobre la rotura de las fibras del isquiotibial
El grupo muscular de los isquiotibiales está formado por tres músculos: el bíceps femoral (que se llama así por tener dos cabezas), el semitendinoso y semimembranoso. A estos músculos se les denomina isquiotibiales debido a la distribución de sus fibras, van desde la tuberosidad isquiática o isquion hasta la tibia. En concreto la cabeza corta de bíceps femoral se origina en el tercio medio del fémur y la cabeza larga del bíceps femoral, el semitendinoso y el semimembranoso comparten el mismo punto de origen. Respecto a su inserción es diferente para cada uno de ellos. El bíceps femoral se inserta en la tuberosidad externa de la tibia y el estiloides del peroné, el semimembranoso se inserta en el cóndilo medial de la tibia y semitendinoso tiene su inserción en la superficie medial del extremo superior de la tibia. Este grupo muscular tiene como función principalmente la flexión de rodilla y secundariamente la rotación de rodilla y la extensión de cadera.
¿Qué es la rotura de las fibras del isquiotibial?
Una rotura de las fibras del isquiotibial es la falta de continuidad en dichas fibras, dependiendo de la magnitud de separación de éstas se distinguen tres grados de lesión:
- Grado I: se considera un grado leve, en donde sólo un porcentaje mínimo del músculo se ve comprometido (5%). En ocasiones es imperceptible para la persona que la padece y requiere aproximadamente de entre 1 y 2 semanas para repararse.
- Grado II: se considera un grado moderado, ya que implica más porcentaje del músculo que se ve dividido (>5%). Además del dolor en la zona posterior del muslo, también ocasiona hematoma y alteración en el movimiento de flexión de rodilla y extensión de cadera. Se presenta en la mayoría de los casos y requiere de entre 3 y 4 semanas de recuperación.
- Grado III: se considera el grado más grave de esta lesión, ya que representa que el 100% del diámetro del músculo se ha desgarrado. Ocasiona la pérdida de la capacidad de movilidad y carga. Requiere un tiempo de recuperación mayor de unas 6 o 8 semanas.
Se trata de una de las lesiones deportivas más frecuente en el ámbito deportivo, especialmente en el fútbol y en el atletismo. Representa hasta el 30% de los casos. En Reino Unido esta lesión representa el 11% del total de lesiones en los entrenamientos de pretemporada y el 12% del total de lesiones en las temporadas de competencia en el fútbol profesional en ese país y el 17% en el fútbol europeo. El 97% de todas las roturas o desgarros de isquiotibiales en el fútbol son grado I y II. La rotura completa del músculo es poco frecuente, ocurre en aproximadamente el 1% de todas las lesiones de los isquiotibiales.
¿Cuáles son los síntomas de rotura de las fibras del isquiotibial?
Los síntomas y signos de la rotura de las fibras del isquiotibial pueden ser muy variados siendo la más destacable la aparición repentina de dolor en la parte trasera del muslo que se siente punzante e intenso, y que frecuentemente aparece durante la realización de alguna actividad deportiva. La inmovilización y el reposo pueden ocasionar el alivio. Después de la lesión la continuación del movimiento resulta difícil y en los casos más graves puede haber una pérdida de la función, es decir, la incapacidad de realizar la flexión de rodilla. Debido a la grave lesión del tejido muscular, el isquiotibial ya no puede acercar sus puntos de origen e inserción, por lo tanto, el movimiento de la rodilla y cadera pueden verse limitados.
El dolor suele ir acompañado de la aparición de hematomas o hinchazón de la región posterior del muslo. En algunos casos se pueden presentar notables hendiduras. Este signo surge del espacio dejado por las fibras musculares desgarradas y es un signo de un desgarro más severo (grado III). Con el paso del tiempo esta hendidura generalmente desaparece y en su lugar se desarrolla un hematoma (equimosis), que puede ser pequeña o grande abarcando toda la zona posterior de la pierna. Además del dolor y la pérdida a nivel funcional, también puede haber trastornos sensoriales, porque en esta lesión no sólo hay rotura de fibras musculares de los isquiotibiales, sino que puede haber también rotura de vasos y nervios. Es por esta razón por la que esta lesión se ve relacionada con la disfunción motora y afectación del nervio ciático. La clínica de la rotura de fibras de la musculatura isquiotibial se desarrolla dependiendo de la magnitud del desgarro muscular, a mayor desgarro muscular peor pronóstico. Es por ello que los signos y síntomas son diferentes dependiendo del grado de la lesión muscular:
Grado I
- Dolor agudo y local en la parte posterior del muslo.
- Sensación de rigidez o presencia de espasmos en la cara posterior de la pierna.
- Dolor muscular que cede con el reposo y se incrementa durante la flexión excéntrica de la rodilla.
- Amplitud del movimiento articular completa.
- En ocasiones se puede presentar leve inflamación en el área lesionada.
Grado II
- Dolor agudo y localizado en el muslo.
- Palpación dolorosa del músculo isquiotibial afectado.
- Rango de movimiento disminuido (la flexión de rodilla es la más afectada)
- Hinchazón o hematoma en la región posterior de la pierna.
- Marcha antiálgica (cojera moderada)
- El dolor se incrementa con la flexión resistida de la rodilla (contracción excéntrica de los isquiotibiales)
Grado III
- Dolor intenso y localizado en la zona posterior del muslo.
- Imposibilidad de caminar sin ayuda (cojera intensa).
- Función de músculo isquiotibial afectado gravemente afectada.
- Importante hinchazón y hemorragia en la parte trasera de la pierna.
¿Cuáles son las causas?
Las causas de la rotura de las fibras de isquiotibiales en muchas ocasiones se produce debido a una sobrecarga repentina en la que los isquiotibiales no pueden soportar las fuerzas provocando un desgarre del tejido. Esta sobrecarga principalmente viene originada cuando se practica un deporte de carrera a alta velocidad, con cambios de dirección y aceleraciones rápidas como puede ser el fútbol, el baloncesto u otros deportes de equipo. Tambien, los movimientos bruscos y descoordinados, los saltos, la realización incorrecta de la técnica o las condiciones irregularidades del terreno pueden aumentar la probabilidad de la aparición de una rotura de fibras.
En cuanto a los factores de riesgo debemos destacar los siguientes:
- Músculos isquiotibiales insuficientemente activados o acondicionados antes del entrenamiento.
- Cuádriceps mucho más fuerte que isquiotibiales, ya que origina una descompensación muscular, grupo muscular anterior vs grupo muscular posterior.
- Acortamiento muscular de la cadena muscular posterior del cuerpo.
- Excesiva tensión neural que ocasione respuestas fisiológicas y mecánicas anormales en el sistema neuromuscular.
- Contracción de los grupos musculares de la pierna de forma descoordinada, por falta de trabajo funcional y propioceptivo.
- Desequilibrio muscular en extremidades o en la columna vertebral.
- Falta de hidratación, vitaminas, minerales u oligoelementos.
- Circulación sanguínea alterada o ineficiente.
- Reducción de la elasticidad muscular asociada al envejecimiento.
- Consumo de medicamentos como esteroides anabólicos para un desarrollo muscular rápido.
- Zapatos inadecuados para las características de los miembros inferiores.
- Recidivas, es decir, futuras lesiones que puedan originarse. El historial de desgarro de los isquiotibiales es un factor de riesgo significativo para la recurrencia de la lesión.
Recuerda que en nuestra clínica de fisioterapia en Moratalaz (Madrid) podemos ayudarte a recuperarte de tu rotura de las fibras del isquiotibial.
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